sábado, 15 de enero de 2011

OTOÑO SECRETO DE JORGE TEILLIER



Cuando las amadas palabras cotidianas
pierden su sentido
y no se puede nombrar ni el pan ,
ni el agua , ni la ventana ,
y ha sido falso todo diálogo que no sea
con nuestra desolada imagen ,
aún se miran las destrozadas estampas
en el libro del hermano menor ,
es bueno saludar los platos y el mantel puestos sobre la mesa ,
y ver que en el viejo armario conservan su alegría
el licor de guindas que preparó la abuela
y las manzanas puestas a guardar .

Cuando la forma de los árboles
ya no es sino el leve recuerdo de su forma ,
una mentira inventada
por la turbia memoria del otoño ,
y los días tienen la confusión
del desván a donde nadie sube
y la cruel blancura de la eternidad
hace que la luz huya de sí misma ,
algo nos recuerda la verdad
que amamos antes de conocer :
las ramas se quiebran levemente ,
el palomar se llena de aleteos ,
el granero sueña otra vez con el sol ,
encendemos para la fiesta
los pálidos candelabros del salón polvoriento
y el silencio nos revela el secreto
que no queríamos escuchar .

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